El Ministro Kicillof ha sugerido que las paritarias no deben regirse tanto por la inflación pasada y deben guiarse mas bien “…por el sentido común: si el año pasado las paritarias cerraron alrededor del 30 % y este año la inflación se redujo como coinciden todas las mediciones unos 10 puntos, entonces el cierre de las paritarias debería ser un número menor”. En esta dirección, ha sugerido que las paritarias deben negociarse entorno del 25 % de aumento. Este sugerencia puede interpretarse como un giro hacia la ortodoxia que aconseja en estos casos ajustar las variables en base a las expectativas de una menor inflación futura y no tanto en base a la elevada inflación pasada. La cuestión de fondo sin embargo se encuentra en que la actual desaceleración de la inflación se produce en un contexto de dólar barato, estancamiento económico, tarifas atrasadas y deterioro de la capacidad de la economía para generar dólares mediante sus operaciones comerciales; y esto puede preanunciar ajustes mayores en el futuro. De fondo también resulta conocer exactamente la magnitud exacta de los aumentos ya que, mediante bonos, adelantos y sumas no remunerativas, los aumentos resultan en la realidad significativamente mayores y los porcentajes dados a publicidad apuntan en algunos casos solamente a desalentar las expectativas. Sigue leyendo