El denominado déficit primario de la Administración Pública Nacional (APN) se redujo 1 punto del PBI en 2022 con relación al 2021 pasando del -4,6 del PBI al – 3,6 % del PBI apuntando a cumplir con los compromisos asumidos con el FMI, según se desprende del reciente Análisis de la Ejecución Presupuestaria de la APN del Año 2022 publicado por la Oficina de Presupuesto del Congreso. Este desempeño es consecuencia de una reducción de los ingresos de $ 573.388 millones a precios de 2022 (- 4,2 %) y de un ajuste de los gastos primarios (gastos totales sin computar intereses de la deuda) de mayor relevancia que cayeron un – 7,4 %, unos $ 1.270.436 a precios de 2022; el gasto primario devengado de la APN redondeó así el 19,5 % del PBI ( $ 15.959.145 millones).
¿Quién hizo el ajuste del gasto primario de acuerdo a este Informe? La inversión pública hizo el mayor aporte a este ajuste. Los Gastos de Capital en efecto se comprimieron $ 773.270 millones con relación a 2021 a precios de 2022 representando así más del 60 % del ajuste del gasto primario; una reducción de 1 punto porcentual del PBI (2,6 % del PBI en 2021 y 1,6 % en 2022).
Hubo también otros componentes agregados del gasto primario que se redujeron pero en menor medida. Los Subsidios Económicos lo hicieron en $ 271.552 millones a precios de 2022 ( -11,3 %), el Gasto en Bienes y Servicios cayó $ 200.599 millones ( -30.2 % en términos reales), Otros Gastos Corrientes bajaron $ 72.618 (-46,6 %), las Transferencias Corrientes a Provincias cayeron $ 68.751 millones ( -9,9 %) y el Gasto en Prestaciones Sociales que se redujo en $ 16.362 a precios de 2022 (- 0,2 % ) alcanzando en 2022 $ 9.099.023 millones.
Los agregados que le escaparon al ajuste fueron entretanto el Gasto en Personal que creció $ 132.716 millones a precios constantes (+ 8,5 %) alcanzando los $ 1.691.307 millones en 2022 y las Transferencias a Universidades que se expandieron un 3,7 % en términos reales alcanzando los $ 547.517 millones.
Los ingresos por ventas de pasajes de Aerolíneas Argentinas en la primera mitad del año fueron de $ 110.642 millones pero apenas alcanzaron a cubrir el 72,6 % de los gastos corrientes de acuerdo a la ejecución presupuestaria de la Oficina Nacional de Presupuesto. Traduciendo estos valores a dólares de acuerdo al tipo de cambio mayorista, los ingresos de los primeros seis meses del año alcanzan los U$S 986 millones y el déficit, calculado como la diferencia entre los ingresos de operación y los gastos corrientes, redondearon los U$S 372 millones. Una extrapolación anual de los primeros seis meses arroja entonces un déficit extraordinario: U$S 744 millones. Aerolíneas Argentinas de este modo está perdiendo a razón de U$S 2 millones por día. Un cálculo optimista ya que los números del segundo semestre del año estarían mostrando un deterioro del desequilibrio.
AYSA, la empresa del Estado Nacional que brinda el servicio de agua potable y saneamiento en la Ciudad de Buenos Aires y los 26 partidos del conurbano, recibió del Tesoro nacional en 2021 casi 27.000 millones de pesos (unos u$s 280 millones al tipo de cambio mayorista) para enjugar sus pérdidas y más de $ 124.000 millones (u$s 1300 millones) para realizar obras de mantenimiento y expansión del servicio según la ejecución presupuestaria que publica el sitio de la Oficina Nacional de Presupuesto. Tarifas subsidiadas y ausencia de financiamiento explican esta situación. Los ingresos por el cobro de facturas, escuálidos como consecuencia de las bajas tarifas, cubrieron menos del 50 % de los gastos de operación que la empresa incurrió en 2021, unos $ 63000 millones.
El Estado nacional de este modo auxilia con cuantiosos recursos a AYSA que sirve a una pequeña región del país, 3363 km2 pero donde viven unos 15 millones de argentinos. El resto del país, provincias y municipios, debe en cambio mantener con sus propios recursos el servicio de agua potable y cloacas brindado por empresas públicas provinciales, empresas públicas municipales y un sinfín de cooperativas de alcance local. Y lo deben hacer con tarifas significativamente más altas porque a veces tienen mayores costos unitarios de prestación por la ausencia de economías de escala y, más importante, no tienen las transferencias del Estado nacional que permitan subsidiarlas como sí tiene AYSA. Las cooperativas que operan en los miles de pueblos y ciudades del país tienen que proveer con elevadas tarifas y una fuerte dependencia de los gobiernos provinciales y municipales para reponer equipos y cañerías. A veces sólo queda el recurso de peregrinar ante el gobernador o el intendente. Sigue leyendo →
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