Las Reservas Internacionales, es decir, las “reservas”, son un activo del BCRA. El valor que informa la televisión en definitiva es el oro, los dólares y otras divisas en poder del Banco Central. Los ingresos de dólares al país por un lado aumentan las reservas y la salida lleva a su reducción. Los ingresos pueden ser por inversiones, es decir capitales que quieren invertir en el país, exportación de bienes y servicios (por ello se dice que se espera a abril para la liquidación de la cosecha gruesa o es bueno que vengan turistas al país) o créditos otorgados por organismos internacionales. Los egresos, por otro lado, pueden ser por empresas que se van del país (salen capitales), o firmas que giran utilidades y dividendos al exterior; por importaciones (los importadores a través de entidades financieras compran dólares para poder pagar los bienes que adquieren en el exterior) y por devolución de préstamos obtenidos por el gobierno o por empresas. La intervención en el mercado de cambio (asequible en un sistema de flotación “sucia” o administrada) puede mostrar una salida de dólares (si es que vende) o una entrada de éstos (si es que compra). Básicamente, las reservas sirven como respaldo de la cantidad de dinero en circulación y para mostrar solvencia del ejecutor de la política monetaria. El país muestra así que tiene capacidad de pagar importaciones o deuda o también que puede venderle dólares a los particulares cuando lo requieran.
Pero, cómo funciona todo esto. Pongámoslo en estos términos, a mi hijo (pequeño) le gusta bañarse en la bañera y jugar con sus juguetes preferidos. Lo hace con tanta pasión y tan compenetrado en su mundo que sigue jugando, aun cuando alguno de nosotros le ha sacado el tapón a la bañera (una forma de apurarlo) y el agua se escapa lentamente. Si no queda mas agua, la preocupación es que se resbale y se golpee y sufra, como resultado, unos cuantos magullones (aplicando esto al caso en estudio, pérdida del valor del dinero, aparición de expectativas inflacionarias y probable retracción de la actividad económica). Esta situación cambiaría si le volviéramos a tapar la salida de agua o pudiéramos hacer ingresar más agua por la canilla (hacer que entren dólares a través de inversiones, por ejemplo). Supongamos que tomamos la segunda opción (abrir la canilla), si el chorro de agua que va llenando la bañera aporta mayor caudal del que se escapa (vía importaciones o turismo en el exterior por ejemplo) el nivel de agua irá aumentando (aumento de reservas). Ya vimos que más agua puede ser por más inversiones o más exportaciones y, como tapón (u obstrucción parcial) pueden identificarse, entre otros factores, la caída en el ritmo de emisión monetaria y la absorción de pesos (los pesos que tenemos en el bolsillo de más pueden ir a dólares que se escapan del Banco Central) Con más agua no habrá golpes ya que ésta sirve de contención. Esto es, más llena la bañera, se amplían las posibilidades de jugar seguro, se mitiga la incertidumbre que provocan los movimientos de mi hijo con sus juguetes (posibles expectativas inflacionarias y devaluatorias, por ejemplo).
En definitiva, la posibilidad de que ingresen más dólares de los que egresen mantiene un buen nivel de agua en la bañera, brinda solvencia a la entidad financiera y contribuye a expectativas favorables respecto del resguardo del valor de la moneda y confianza de todos nosotros en el Banco Central y en la marcha de la economía.