Diferencias de género: menor ingreso de la mujer

La última Encuesta Permanente de Hogares realizada por el INDEC en las 31 ciudades argentinas más importantes, III trimestre de 2017, actualiza las cifras que permiten cuantificar las desventajas de las mujeres en materia de ingresos. Las mujeres que no perciben ingresos en efecto son una proporción mayor que la de los hombres: 41,5 % versus 37 %. Del total de mujeres que se estima habitan las 31 mayores ciudades del país, 14.355.507, hay casi  seis millones que no perciben ningún ingreso, en tanto que los varones, 13.210560, no perciben ningùn ingreso al mes unos 4.885.502.

El ingreso promedio que perciben las mujeres por mes, $ 12.366, es bastante menor que el que perciben los hombres, $ 16.773, es un 26 % menor al de los hombres. Si la población que percibe ingresos es segmentada en deciles (décima parte) desde el menor ingreso al mayor, la diferencia entre los ingresos medios de mujeres y varones no siempre arroja menores ingresos medios menores para las mujeres. En algunos deciles son iguales y, en el caso del tercer decil, el ingreso promedio de las mujeres en esta Encuesta es levemente superior al de los varones.

Las mujeres que perciben ingresos asimismo estàn mas concentrados en la base de la pirámide distributiva que los varones: en el 20 % más pobre de la población se concentran el 26 % de las mujeres y sólo el 14 % de los varones. Si se amplía el intervalo y se examina a aquellos que se ubican en la mitad de la población de menores ingresos, la proporción de mujeres llega al 58 % y la de hombres es bastante menor, sólo 41 %.

Como consecuencia de estas disparidades, los varones perciben el 57,3 % del total del ingreso percibido por la población en un mes en las 31 ciudades y las mujeres sólo el 42,7 %.

La fuente de ingresos de mujeres y varones son asimismo distintas. Las mujeres tienen una mayor dependencia de ingresos no laborales en tanto que el ingreso laboral es una fuente de ingreso mucho más importante para los hombres. Con algunas excepciones, entre el 70 % y cerca del 90 % de los varones dependen de ingresos laborales, porcentajes que son mucho menores en las mujeres. Y en las mujeres pobres la dependencia de ingresos no laborales es muy alta: bastante más del 50 % de las mujeres que se encuentran en la base de la pirámide distributiva derivan sus ingresos de fuentes no laborales. Este porcentaje se va reduciendo en los niveles de ingresos mas elevados, a punto tal que en el decil de rentas más elevadas sòlo la cuarta parte tiene ingresos provenientes de su trabajo.

 

 

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